En 1973 ve la luz esta novela, «El príncipe destronado», que Delibes había escrito en 1964.
Quico, un niño de tres años, se ve de pronto desplazado por la llegada de su hermanita. Y todo su empeño -como el de tantos niños en similares circunstancias- es hacerse notar, seguir acaparando la atención de los mayores, particularmente de su mamá, como lo había venido haciendo hasta ese crucial momento.
«El príncipe destronado» no es otra cosa que el relato minucioso -hora por hora- de un día cualquiera en la vida cotidiana de Quico y su familia. Pero la novela es al mismo tiempo un fresco de las relaciones y conflictos familiares y en particular de las del padre y la madre, que viven la posguerra española -época en la que se desarrolla la novela- desde puntos de vista absolutamente dispares: el de los vencedores y el de los vencidos. La versión cinematográfica que hará años más tarde Antonio Mercero refleja en su título, «La guerra de papá», este aspecto de la novela.
Miguel Delibes ofrece en su trayectoria novelística admirables y acabados retratos de niños protagonistas. En el caso del pequeño Quico el escritor alcanza la más alta cota de maestría y sensibilidad para recrear el alma infantil.