Miguel Delibes inaugura su carrera literaria con dos de las que luego serán sus constantes narrativas: la infancia y la muerte. Con su primera novela, «La sombra del ciprés es alargada», consigue el Premio Nadal en su cuarta edición –1947–.
Pedro, protagonista y narrador de esta historia, queda huérfano y es confiado a un atrabiliario profesor y tutor, el señor Lesmes, cuya filosofía de la vida se cifra en desconfiar y desligarse de los sentimientos y de los afectos, para no verse expuesto a perder un día lo que se ama. Es lo que le pasa al niño Pedro, a quien la muerte le arrebata primero a su íntimo amigo, Alfredo, y luego a la mujer de la que se ha enamorado. La muerte, personificada en la sombra del ciprés, «que corta como un cuchillo», se enseñorea de toda la historia y del ánimo de los personajes.
El escritor dedica esta novela a sus padres, a su mujer y a su hijo Miguel, nacido en 1947 y primero de sus siete hijos.