Se trata de una selección, llevada a cabo por el propio Delibes, de los textos más representativos sobre la tierra y las gentes de su Castilla natal.
Espigando los fragmentos más expresivos de sus novelas, cuentos o libros de viajes, Delibes ha dividido este rico material en veinte capítulos o temas que van desde el paisaje al progreso moderno, pasando por la religiosidad, el apego a la tierra, el individualismo, el fatalismo o el éxodo rural, entre otros.
Esta antología de textos es sin duda la prueba más fehaciente de que Delibes es el más genuino novelista de Castilla, así como el notario más riguroso de su situación -nada halagüeña ni optimista- a lo largo del siglo XX.