«Castilla habla» son treinta y dos coloquios con quienes desempeñan viejos oficios del medio rural castellano en trance de desaparecer. Son los protagonistas quienes hablan con su propia voz y timbre y es Castilla, por ende, quien habla por sus bocas.
«Las voces aparentemente elementales de un pastor, un caracolero, un molinero, un piñero -escribe Delibes en una nota preliminar-, aparte su riqueza de expresión, que he procurado conservar intacta, apuntan con frecuencia, sabiamente, a los ancestrales problemas de Castilla y León: sequía, pobreza del suelo, individualismo, despoblación, envejecimiento, contaminación, abandono oficial, desconfianza… La menesterosidad, en suma, de una región que en el pasado alumbró mundos y que hoy se nos muestra achacosa, mal comunicada, pagana de un incipiente desarrollo, siquiera la incomprensión periférica haya venido considerándola, en el último medio siglo, como expresión del centralismo español».
Como indica el propio Delibes, «este libro no es una novela, pero tampoco un estudio científico apoyado en datos y estadísticas, sino algo a mi juicio más elocuente: un libro vivo donde la realidad castellana nos es expuesta por sus propios protagonistas, los más humildes vecinos de nuestros pueblos y aldeas».