El último coto

Destino, 1992

«¿Y eso?» –se pregunta Delibes, al arranque del libro, refiriéndose al título–. «¿Por qué considera usted que es el último? La respuesta es de pata de banco: porque la perdiz silvestre está cada día más recia y, por contra, el que suscribe, dentro ya del tobogán, va para abajo y ni sus reflejos, ni sus piernas, ni sus bofes, son los de ayer […]». Pero «cuando el viejo cazador habla de su `último coto´ no se refiere solamente a su decadencia física, a su progresiva decrepitud, sino también a esta gradual desaparición de la naturaleza y a su sustitución por unas tierras peinadas y acicaladas, cada día menos propicias a la ocultación y a la sorpresa».

«El último coto», último libro propiamente cinegético de Miguel Delibes, vuelve a registrar sus cazatas de los años 1986 a 1991, pero también su cada vez mayor preocupación por el deterioro de la naturaleza y por las especies que desaparecen. En las últimas líneas de esta obra Delibes se despide así de su inseparable, durante tantos años, perdiz roja: «El último coto ha cumplido su misión y yo me descubro ante esa valiente patirroja de ladera que tantas satisfacciones me deparó a lo largo de sesenta años de ejercicio cinegético».